Abstract

La práctica educativa implica un proceso en el cual se encuentran inmersos diferentes elementos que se ponen en juego en el aula; se considera vital el innovar dicha práctica educativa, la innovación es concreta, específica en una realidad y puede gestarse desde los actores que conocen las problemáticas, las carencias y necesidades existentes en un contexto específico. Los propios sujetos, desde su individualidad y su identidad como colectivo, pueden impulsar esa transformación, situándose en un contexto espacio temporal específico para forjar un proyecto colectivo desde la investigación acción. Se considera importante rescatar los aportes de Karl Marx, Gadamer y Paulo Freire, que versan sobre una verdadera praxis sustentada en acciones reflexionadas que pudiera, en primer lugar, mantener el equilibrio entre la teoría y la praxis; para dichos autores, este vocablo adquiere un significado más específico y técnico, al considerar la praxis como la actividad humana material y social de transformación de la naturaleza, la sociedad, del hombre mismo, por tanto, es el fundamento de toda teorización.